En febrero de este año LA noticia en el mundo del vino argentino fue sin lugar a dudas la que involucró a Catena y su estudio de terroir realizado a través del Catena Institute of Wine titulado “Discriminación de terruño y cosecha de vinos Malbec basado en la composición fenólica en múltiples sitios en Mendoza, Argentina”.
Esta publicación en el Scientific Reports sobre el estudio de terruño es el más extenso que se haya realizado para cualquier variedad de vino y estuvo a cargo de Roy Urvieta, responsable enológico del Catena Institute of Wine.
Además es el primero que compara cuatro niveles diferentes de terruño ya que abarca 3 regiones, 6 departamentos, 12 indicaciones geográficas y 23 parcelas individuales menores a 1 hectárea. Todo eso en tres añadas diferentes, la 2016, la 2017 y la 2018.

Como para tener una idea de la magnitud de este estudio, en Borgoña hicieron uno similar que “solo” involucró 4 parcelas a través de tres años.
Craneado por Laura Catena, el Catena Institute of Wine lleva más de 25 años estudiando y analizando variables que inciden (o no) cosecha tras cosecha. Hoy, no solo cuenta con logros y reconocimientos por el trabajo en Argentina sino que además trabaja en conjunto con la UC Davis y distintos productores de Borgoña.
Y qué mejor que profundizar sobre el estudio y sus implicancias que probando tres vinos que fueron parte de él junto a los propios Laura y Roy.
El estudio
Al comienzo de la charla Laura comentó que este trabajo tuvo su base en uno anterior que llevó adelante Fernando Buscema, director del CIW, que en su momento fue el primero en abordar el perfil sensorial de una variedad en dos continentes distintos.
Por su parte Roy contó cómo lo realizaron y el desafío que generó ver el comportamiento del malbec a través de los años. Por ello usaron el método de hacer todos los vinos iguales “para bloquear el factor humano”.
Esto implicó tener que controlar tiempos de cosecha, maceraciones y crianzas que realizaron en tanques de 50 litros.

En total fueron tres instancias de 800 litros de vinificaciones representativas para conocer la variabilidad. Además, a medida que iban vinificando los diferentes años tenían que, también, medir el ambiente.
Para eso eligieron tres matrices de datos. Los compuestos fenolicos, los antoncianos, esos que son los responsables del color, de la astringencia y del potencial de añejamiento.
Los compuestos volatiles, que son aquellos que están relacionados con la parte aromática. Y el análisis sensorial descriptivo a través de un panel de cata entrenado.
El entrenamiento del panel de cata
Antes les conté del desafío de seguir al malbec, bueno, no fue el único. Gran parte del estudio se apoya en el analisis sensorial, es decir, lo que se siente al probar los vinos.
Para ello entrenaron, en Estados Unidos, a un grupo de personas para que vayan describiendo lo que percibían y así armar indicadores que les permitieran uniformar criterios.

Luego del entrenamiento era el momento de pasar a las muestras, a ciegas claro, en los que se debían indicar los descriptores aprendidos. Eso les permitió medir la intensidad de distintos descriptores del malbec.
Para Laura no hay dudas: “Argentina necesita que mostremos esto, que los vinos de diversos lugares son diferentes”.
Los vinos
En total probamos tres vinos de tres zonas que fueron parte del estudio con la salvedad que el de San Carlos fue de una etiqueta que se encuentra en el mercado, el D.V Catena Vineyard Designated Nicasia.
Catena Malbec Lunlunta Catena Malbec Vista Flores D.V Catena Vineyard Designated Nicasia
Malbec Lunlunta 2016, encontré especias, frutilla y violetas. Hay fruta negra, algo de caucho también. En boca tiene volumen, fruta más madura. Algo goloso y persistente en el final.
Malbec Vista Flores 2016, en este encontré hoja de tomate. También hay un mentolado. Hay más presencia de flores frescas. En boca hay taninos sedosos y más redondos. De final más frutado y vibrante.
Malbec San Carlos 2016, acá percibí fruta negra, tiene especias. Clavo de olor. En boca hay volumen, textura. Cuerpo, fruta y potencia sin perder elegancia.
Como dije más arriba, el único de los tres que es embotellado para comercializar es el que proviene de San Carlos, en el Valle de Uco.

Como si fuera poco el trabajo del Catena Institute of Wine actualmente está trabajando en un estudio que también tendrá tres años de duración e involucra el análisis de 2 parcelas ubicadas una al lado de la otra. ¿El objetivo? Encontrar el “sabor del terroir”.
Un gran encuentro para conocer a fondo de qué se trató este estudio que aporta información valiosa no solo para entender a nuestra variedad emblema sino también para comunicarla. Gracias a Andrea y todo el equipo por la invitación. Salú!
Si te interesa saber más sobre el Catena Institute of Wine podés leer la nota de Acercate al Vino.
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De profesión periodista, desde el año 2014 tengo este espacio en el que comunico el maravilloso mundo del vino. Desde hace más de 3 años realizo contenidos digitales para distintas bodegas y vinotecas de la industria. Acá vas a encontrar crónicas, entrevistas y alguna que otra recomendación. Parte de Argentina Wine Bloggers, fui jurado del Concurso Vino Sub30 edición 2015. Además fui finalista de los Born Digital Wine Awards 2017 y tengo hecho el WSET® L2 Wines & Spirits. Gracias, vuelva prontos!