El posteo de hoy no está 100% orientado al vino aunque fue por una presentación que pude conocer Piedra Pasillo Al Fondo, una de las últimas aperturas gastronómicas de la Ciudad de Buenos Aires.
La invitación llegó a través de Catena Zapata y la excusa era poder probar la nueva cosecha de Nicolás Catena Zapata, un vino emblema para la bodega.
Entre la novedad de la añada 2019 y los 98 pts obtenidos por el diario francés Le Figaro, la cita era más que auspiciosa.
Pero les dije al comienzo que hoy no iba de vinos, o no tanto. Lo cierto es que la compañía para los vinos que fuimos probando fueron algunos de los platos que ofrecen en la carta de Piedra Pasillo.
Piedra Pasillo abrió hace algunos pocos meses en la zona de Nuñez, más específicamente en Campos Salles 2145, de la mano de Lucas Canga –ex Sacro y Alo’s–, Matías Senia –ex Mugaritz– y Tomás Couriel.
Este trío lleva adelante una cocina que combina productos de estación con una oferta que va desde pequeños tentempiés hasta pastas y carnes. Todo con una vuelta de rosca más que interesante en la que cada plato no pasa desapercibido.


Todo comenzó con dos de los platos que más me gustaron. Por un lado una lengua con leche de tigre, maíz y fideos de zucchini y por otro una palta con huancaína de coco, mojo de almendras, cebollitas y cilantro.
Dos platos que combinan texturas y en las que entran en juego un leve picante y la presencia de acidez. Ambos se llevaron de maravillas con Angélica Zapata Chardonnay.



Luego pasamos a otra tanda en la que sirvieron un tartare de ciervo en galleta marinera con salsa de vitel toné y espárragos con grabiche, yema y trigo sarraceno.
Quizá un tanto salado el tartare pero la combinación con el vitel fue un punto alto. Los espárragos fueron cocidos en kamado con lo que a lo ahumado se le sumó un punto crocante increíble.
El vino que acompañó a ambos platos fue La Marchigiana Bonarda, el vino natural y sin sulfitos que vinifica Catena Zapata con uvas del Este de Mendoza.


Más arriba les contaba que en la carta había pastas y carnes (ya llegaremos a ésta última) y fue uno de los principales que pude probar.
En este caso unos linguinis con hierbas, pesto, ricota asada y chile que estaba al dente y se llevó de maravillas con un Saint Felicien Malbec 1988.
Uno vino que tuvo cambio de corcho en el año 2004 y que estaba impecable. Con acidez presente, fruta todavía vibrante y una redondez y elegancia ganada con los años. No pregunté si está a la venta.


El cierre fue con el esperado Nicolás Catena Zapata 2019 y el plato de carne que consiste en un flat iron acompañado de rabanito con quinoa y mayonesa.
De la carne puedo decir que el punto estaba óptimo. Tierna y sabrosa.
En cuanto al vino, es un corte de malbec, cabernet sauvignon y un toque de cabernet franc de los viñedos de Altamira y Gualtallary.
Me encontré con un tinto muy expresivo en nariz, con fruta roja, negra y algo floral. En boca hay textura, tanino, mucha fuerza pero también elegancia. Sin dudas 2019 ha sido un gran año para los vinos de alta gama.

Hasta acá lo que fue la visita a Piedra Pasillo para probar algunos de los vinos de Catena Zapata que sirve, de alguna manera, como puntapié para ir incluyendo cada vez más seguido un toque de gastronomía en el blog.
Gracias a Andrea y equipo por la invitación. Salú!
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De profesión periodista, desde el año 2014 tengo este espacio en el que comunico el maravilloso mundo del vino. Desde hace más de 3 años realizo contenidos digitales para distintas bodegas y vinotecas de la industria. Acá vas a encontrar crónicas, entrevistas y alguna que otra recomendación. Parte de Argentina Wine Bloggers, fui jurado del Concurso Vino Sub30 edición 2015. Además fui finalista de los Born Digital Wine Awards 2017 y tengo hecho el WSET® L2 Wines & Spirits. Gracias, vuelva prontos!