Estamos en esa época del año en la que si otra variedad que no sea el tinto no es lo tuyo, se hace más difícil encontrar momentos cómodos para disfrutar de un par de copas y ahí empiezan a jugar los vinos de maceración carbónica.
Porque en estos días cálidos un tinto fresco, de paso fácil y con mucha presencia de fruta se hace un gran plan para descorchar.
Para lograr vinos de este estilo uno de los métodos utilizados es la maceración carbónica, proceso que tiene una larga historia.
La maceración carbónica es un método que fue descubierto a fines del siglo XIX cuando un tal Claude Franzy buscaba crear un ambiente en el cual la uva no se oxidara al ser transportada. En esa búsqueda fue que se dieron cuenta que el gas carbónico que se generaba alteraba el metabolismo de la uva que tenía racimo entero.
Más acá en el tiempo ese proceso tiene, técnicamente, dos etapas: en la primera el racimo entero tiene contacto con el gas carbónico y eso hace que se produzca un proceso de transformación enzimática del acido málico que pasa a ser pasa etanol, es decir, alcohol.
En ese momento muchos aminoácidos se transforman en sabores y aromas que se trasladarán al vino, algo que en maceraciones tradicionales no pasa.
Por otro lado luego de 10 días la piel y el escobajo quedan en la prensa y se continúa el proceso como si fuera un vino blanco. Finalmente su nivel tánico es bajo porque al haber poco alcohol hay poca disolución de taninos.

En castellano, la maceración carbónica consiste en que los racimos que se van introduciendo en los tanques van aplastando a los que están más abajo provocando que se rompan. Es ahí cuando esas uvas liberan mosto y se lleva adelante la fermentación alcohólica aunque no se termina ahí la cosa.
En el fondo de esos tanques quedan las levaduras que empiezan a generar dióxido de carbono que hace que el oxígeno sea desplazado hacia afuera generando un ambiente con las condiciones ideales para que empiece la maceración carbónica, en otras palabras, se genera una fermentación dentro de la propio uva.
Todo esto hace que se den vinos en los que la fruta se destaca a la par de la intensidad de aromas y el paso fresco. Son vinos aromáticos y sabrosos pero de una estructura que te permite tomarlos fríos o frescos.
Claro que la teoría es muy interesante pero más lo es poder probar algunos vinos de maceración carbónica así que acá van tres opciones disponibles en el mercado.
Amansado Cabernet de Sed 2019

Este vino es de una bodega familiar que tiene fincas en Luján de Cuyo y compran uvas del Valle de Uco. Están asesorados por Juan Pablo Michelini quien me contó que la idea en este vinos fue “fundamentalmente conocer cómo se expresaba el cabernet sauvignon tan emblemático de Perdriel con una maceración, que en definitiva hace que la fruta se exprese con mayor intensidad”.
Un tinto que además tiene crianza en huevos de concreto para que “luego genere algo más de texturas por el movimiento de lías natural”.
Para Juampi la ventaja de utilizar maceración carbónica está en que “potencia la expresión de fruta y del lugar. Te da una noción un poco más concentrada en cuanto a aromas”.
Un vino en el que encontrás fruta y un fondo con algo de pirazina. En boca es fresco, también se percibe la especia pero con fruta roja presente. Tanino que se siente y le da volumen sin resignar jugosidad.
Vinyes Ocults Malbec Cot

El Malbec Cot que elabora Tomás Stahringer en Vinyes Ocults debe ser uno de los más aclamados en su tipo. Al respecto Tomás me contó que eligió hacer un vino con maceración carbónica ya que buscaba “obtener un vino con características diferentes que además significó un desafío enológico profesional”.
Durante su estadía en España probó muchos tempranillo hechos así y le pareció interesante el perfil distinto que daba. “Se logran vinos con una fluidez particular que en la tradicional no se logra”.
El vino en sí me resultó con fruta por todos lados y con alguna nota floral en nariz. De sabrosa acidez, paso fluido, con textura y final jugoso.
Tintillo Malbec Bonarda 2020

En Santa Julia optaron por el corte de malbec y bonarda para elaborar Tintillo, un vino que cuenta con la enología de Sebastián Fernández quien me contó que si bien no tiene ninguna ventaja operativa eligieron la maceración carbónica porque “si da otros matices a la hora de hacer cortes o buscar perfiles de fruta y matices de colores”.
Para Sebastián estos vinos revolucionan un poco la forma de tomarlo ya que “logran llegas a situaciones de consumo como las previas, las piletas, las comidas rápidas, lugares a los que no se acostumbraba a llegar con vino”.
Y claro, el flamante formato en lata ayuda aun más.
Un vino con aromas de mucha fruta roja y algo herbal. Es fresco, jugoso y con mucha fruta que acompañada de una acidez media y cierto volumen le da paso fresco.

Hasta acá todo lo que tiene que ver con los vinos de maceración carbónica, su proceso y algunas opciones disponibles en el mercado.
Sin dudas son opciones ideales para disfrutar de vinos frescos donde la fruta es protagonista. Gracias a Tomás, Juan Pablo y Sebastián por tomarse el tiempo para responder. Salú!
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De profesión periodista, desde el año 2014 tengo este espacio en el que comunico el maravilloso mundo del vino. Desde hace más de 3 años realizo contenidos digitales para distintas bodegas y vinotecas de la industria. Acá vas a encontrar crónicas, entrevistas y alguna que otra recomendación. Parte de Argentina Wine Bloggers, fui jurado del Concurso Vino Sub30 edición 2015. Además fui finalista de los Born Digital Wine Awards 2017 y tengo hecho el WSET® L2 Wines & Spirits. Gracias, vuelva prontos!