Hace un par de semanas atrás anduve por el Museo Nacional de Bellas Artes para asistir a una master class con motivo del lanzamiento de Fincas de Achaval Ferrer y su nueva añada.

Dirigida por Gustavo Rearte, enólogo de Achaval Ferrer y Andy Donadio, mejor sommelier de Argentina en 2022, la idea fue no solo probar la 2020, la cosecha en cuestión, sino compararla con dos añadas más.

Tavo Rearte y Andy Donadio
Tavo Rearte y Andy Donadio

Así las cosas entonces pudimos probar Finca Mirador, Finca Bella Vista y Finca Altamira en sus cosechas 2003, 2015 y 2020.

La elección de las cosechas 2003 y 2015 no fue azarosa, de hecho Rearte explicó que la 2020 solo fue un poco más calida que la 1999, es decir, que hacía 20 años que no habia una tan cálida, y por eso decidieron los otros dos años para los fligths.

Justamente hablando de los flights, el orden de los mismos para probar Fincas de Achaval Ferrer fue Altamira, Mirador y Bella Vista, siempre en los años 2003, 2015 y 2020, en lo que de alguna manera fue una especie de recorrido por el cambio conceptual en la estética de cada uno de ellos.

Este orden fue elegido por Andy a partir de la intensidad y el estado de la fruta, generalmente, explicaban desde la bodega, suelen hacerlo por orden de altura de fincas.

En cuanto a cada una de las fincas vale decier que Finca Altamira está compuesta por un pequeño viñedo plantado en 1950, de hecho Altamira fue galardonada con cinco estrellas Decanter por el vino de edición limitada al que le dio vida: Finca Altamira 15º, lo que convirtió a Achaval Ferrer en la primera bodega Argentina en obtener esa distinción.

Respecto a Finca Mirador, plantada en 1921, está ubicada en el centro-este de la Provincia de Mendoza y sus viñedos tienen casi un siglo en ese sitio en el que esas plantas comparten espacio con los membrillos, olivos y algunas plantas de romero.

La tercera finca es Bella Vista, fue plantada en 1910 y es una finca ubicada al margen del Río Mendoza, en la que las plantas de pie franco están hace más de 100 años. Además, es el viñedo que está junto a la bodega.

Puntualmente sobre cada uno de los Fincas de Achaval Ferrer y su nueva añada mi favorito resultó la 2020 de Finca Mirador.

Encontré buena diversidad de fruta, tanto roja como negra, acidez presente, volumen y potencia. Seguramente un par de año más de botella le vendrán mejor aun.

Ahora si al cosa (?) se trata de elegir un favorito de cada añada entonces a la 2020 de Mirador se le suman la 2015 de Finca Altamira y la 2003 de Finca Bella Vista.

En el primero encontré complejidad de aromas, presencia de fruta roja, un leve mentolado también. Bien redondo, con acidez más presente que en los otros 2015. Algo más dulzón y directo.

En el segundo no habrá palabras que lo lleguen a describir, fruta roja presente, aun vibrante, con una lógica evolución que le aporta complejidad y elegancia. Mi favorito de la noche.

Presentación de Fincas de Achaval Ferrer
Julio Lasmartres en la presentación de Fincas de Achaval Ferrer

Probar Fincas de Achaval Ferrer en su nueva añada fue realmente una gran experiencia como siempre que uno puede probar cosechas tan distantes de un mismo vino.

En este caso además sirvió para ver cómo en los primeros años de los 2000 había una concepción y un estilo, que hoy presenta vinos complejos, y cómo paulatinamente se fueron modificando algunas cuestiones para lograr vinos con otro perfil que, claro está, aun tienen un largo camino por recorrer.

Si bien pude visitar la bodega todavía debo la crónica y eso que fue en la misma época en la que conocí Quimera. 🙂

Gracias a Mayra y a todo el equipo de Achaval Ferrer por la invitación. Salú!

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