Quizá algo resistidos en sus comienzos, o siempre rodeados de algún cuestionamiento, lo cierto es que los huevos de concreto se han ganado un lugar importante entre muchos productores.
Cuando uno recorre bodegas en la Argentina puede encontrar distintos recipientes que son utilizados para la fermentación y crianza del vino.
Desde tanques de acero inoxidable, pasando por las piletas de hormigón, las barricas de roble y los huevos de concreto.
Son estos últimos los que han ido ganando mayor protagonismo en la preferencia de varios enólogos y productores como Sebastián Zuccardi, winemaker de Zuccardi Valle de Uco, quien cree que la utilización de los huevos de concreto permite “recuperar parte de la historia de la viticultura argentina, el concreto tiene presencia desde los años 30”.

Por otro lado, los huevos de concreto permiten una vinificación menos intervencionista y por lo tanto menos agresiva.
Esto se debe a que el huevo de concreto permite que durante la fermentación las levaduras del vino se mantegan en suspensión sin entrar en contacto con el oxígeno.
La explicación está en el formato ya que los depósitos ovales tienen diferentes temperaturas entre su centro y la parte más alta, lo que genera que exista un movimiento del vino de arriba abajo y hacia los lados.
Sin ser extraordinario, el vino se encuentra en permanente movimiento y contacto con las lías. Para Juan Pablo Michelini, enólogo de Zorzal Wines, es allí donde está el aporte de carácter y textura en el vino.

“Crece la intensidad aromática y la expresión varietal, crece la expresión de terroir, se expresa más la añada, el suelo, el clima. Se potencia todo”, comenta Juan Pablo quien además considera que el aporte más importante de los huevos de concreto ocurre en la crianza ya que tiene “un aporte distinto a otra vasija en cuanto a expresión y estabilización. En añadas más frías o de cosechas tempranas la microoxigenación ayuda a que los verdes se transformen”.
En Anaia Wines, proyecto que llevan adelante Osvaldo del Campo y Patricia Serizola, y del cual les conté la semana pasada, le dieron una vuelta más y elaboraron su propio diseño de recipiente de concreto. Los Mates de concreto.

Según explica Osvaldo, los Mates combinan la lógica del concreto con un mecanismo que les permite moverse evitando remontages lo que se traduce en una crianza aun menos agresiva para el vino.
Pero más allá de una menor agresión sobre el vino o la reducción de costos de energía, debido al aislamiento frente a cambios de temperatura, los huevos de concreto tienen su incidencia en el resultado final.
Para Sebastián Zuccardi, quien busca trabajar con materiales que no tengan influencia en aromas y sabor, el concreto “es un material que respeta la expresión de lugar”.

Trabajar con uvas de Gualtallary hace que Juan Pablo Michelini busque expresar las características del terroir tanto en aromas como en boca, es allí donde el uso de concreto le permite “potenciar el carácter y las sensaciones de un vino en boca gracias a que el tanino se va limando gracias a la micooxigenación”.
En la búsqueda de lograr la expresión de lugar más honesta posible los huevos de concreto parecen haber conseguido un rol importante para varios productores.
Gracias a Sebastián, Juan Pablo y Osvaldo por sus aportes para el post. Salú!
Nota: Este post es una adaptación de la nota original que publiqué, en inglés, en Now VinoApp y que pueden leer acá.

De profesión periodista, desde el año 2014 tengo este espacio en el que comunico el maravilloso mundo del vino. Desde hace más de 3 años realizo contenidos digitales para distintas bodegas y vinotecas de la industria. Acá vas a encontrar crónicas, entrevistas y alguna que otra recomendación. Parte de Argentina Wine Bloggers, fui jurado del Concurso Vino Sub30 edición 2015. Además fui finalista de los Born Digital Wine Awards 2017 y tengo hecho el WSET® L2 Wines & Spirits. Gracias, vuelva prontos!
Sabes cuánto vino me permiten ingresar a Chile desde Mendoza? Compre una serie de vinos malbec pre.ium y estoy preocupado de no poder pasarlos por el sag en Chile.
Gracias y saludos
Hola, deberías consultar con la aerolínea. En el peor de los casos deberás despachar. Más allá de eso desconozco la legislación de Chile respecto a la entrada de vinos. Salú!