Una de las visitas que más esperaba del último viaje a Mendoza era la que tocaba hacer al viñedo Adrianna, el emblemático viñedo de Catena Zapata en Gualtallary.
Ahí me esperaba Roy Urvieta, winemaker en Domaine Nico y parte del Catena Institute, Marco Arena y Florencia Abraham, parte del equipo agronómico que lidera Luis Reginato.
Definido como “uno de los viñedos más estudiados del mundo” es de ahí que obtienen las uvas de la línea vinos de parcela.
Y claro, tiene una historia que le dio origen.

Esa historia cuenta que Nicolás Catena Zapata tenía como gran objetivo encontrar, en Mendoza, la zona más fría posible. Y vaya si lo es, ya que en la escala que mide las regiones según su clima (Winkler) Adrianna está ubicado entre la Borgoña y zonas muy frías de Burdeos.
Así las cosas, con el lugar encontrado dispusieron plantar distintas selecciones de cabernet sauvignon y chardonnay traidos de Francia y plantas propias de Malbec.
Pasó el tiempo y hoy del viñedo Adrianna surgen vinos que posibilitaron, ni más ni menos, que un vino argentino obtuviera 100 pts Parker.

Volvemos al viñedo y la recorrida que hicimos junto a Marco y Florencia. Con ellos fuimos recorriendo las distintas calicatas que muestran lo increíblemente diferentes que son los suelos de cada parcela.
Hoy por hoy el viñedo Adrianna está conformado por 115 hectáreas de las cuales 90 son productivas y plantadas con malbec, chardonnay, cabernet sauvignon, pinot noir, viognier y cabernet franc.
Además, están en pleno proceso de armado de unas terrazas con semillón y malbec.

Esas diferencias son visibles en las capas más superficiales de los distintos suelos, algo que Marco contó que se originó a partir de un origen aluvial y eólico.
De todas maneras, esos distintos perfiles, de composición y de períodos geológicos, fue una intriga que a todo el equipo de la bodega le llevó tiempo entender.
Según cuenta la propia Laura Catena en el sitio de la bodega, “Lo que descubrimos es que cuando se formaron hacia el norte las lomas del Jaboncillo y el Peral, la actividad sísmica llevó a que el río que atravesaba el viñedo Adrianna se dirigiese gradualmente hacia el sur formando una serie de terrazas, con depósitos de calcáreo al secarse. Y, según la velocidad e intensidad de los terremotos que formaron las lomas y montañas, el río debió fluir en diversas direcciones dejando consigo depósitos de piedras blancas y carbonato de calcio, que es lo que hoy vemos en el Viñedo Adrianna”.
En resumen, todo este movimiento generó que las piedras se volvieran suaves y que, al secarse el río “el carbonato de calcio tiñera las piedras de blanco formando los depósitos de calcáreo”, generando así suelos calcáreos que se encuentran también en la Borgoña, Burdeos y Jura.
Dicho todo eso, lo cierto es que en el viñedo Adrianna se encuentran distintas parcelas que son las que le dan origen a cada uno de los vinos de allí.

Por un lado hay dos hectáreas y medias de White Stones de la que su nombre hace referencia a la composición del suelo que posee abundante presencia de piedras ovaladas y blancas, cubiertas de grava.
El suelo pedregoso impide el crecimiento profundo de las raíces, proporcionando óptimas condiciones de drenaje. Este suelo, pobre en materia orgánica, contribuye a que las vides soporten mejor las condiciones de estrés.

Con chardonnay hay otras 2.5 hectáreas de las que proviene el White Bones, nombre que hace referencia a la composición del suelo que posee presencia de calcáreo de restos fósiles de animales asentados sobre el lecho de un río seco que atravesó la región.

Luego de las parcelas de los blancos fuimos hacia la de los tintos y la primera fue la de Fortuna Terrae, compuesta por cinco hectáreas.
Su nombre significa “Suerte de la Tierra” en latín y hace referencia a las afortunadas vides de esta parcela. Los suelos arcillosos profundos de este sector albergan gran cantidad de pastos nativos que previenen la erosión, atrayendo insectos benéficos, pájaros y zorros montañosos.

Por último recorrimos la parcela River Stones, unas 2.6 hectáreas que como ya dije en otras oportunidades, es quizá la mejor combinación de nombres posibles.
Esta parcela está cubierta por piedras ovaladas blancas, que pertenecían al lecho de un antiguo río. La abundancia de piedras facilita un drenaje óptimo y la adaptación a temperaturas extremas.
Son ellas las que retienen el calor del día, irradiándolo durante la noche, moderando el frío nocturno. A su vez, en noches de frío extremo, funcionan como cubos de hielo, moderando el calor diurno.

Realmente esta recorrida fue una gran experiencia porque como suele decirse, y estoy muy de acuerdo, uno entiende aun más muchos factores, sensaciones y características del vino cuando tiene la posibilidad de conocer de dónde provienen.
Gracias a Roy y todo el equipo de la bodega por la predisposición para recibirme, recorrer el viñedo y probar algunos de los vinos que de allí salen. Salú!
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De profesión periodista, desde el año 2014 tengo este espacio en el que comunico el maravilloso mundo del vino. Desde hace más de 3 años realizo contenidos digitales para distintas bodegas y vinotecas de la industria. Acá vas a encontrar crónicas, entrevistas y alguna que otra recomendación. Parte de Argentina Wine Bloggers, fui jurado del Concurso Vino Sub30 edición 2015. Además fui finalista de los Born Digital Wine Awards 2017 y tengo hecho el WSET® L2 Wines & Spirits. Gracias, vuelva prontos!