El último día de agosto pudimos probar, en una cata vertical, cuatro añadas de Ultra Cabernet Sauvignon: 2003 – 2004 – 2015 -2018.
La degustación fue dirigida por Rogelio Rabino, Responsable deViticultura y Enología, y Gustavo Hormann, Gerente General de Bodega Kaiken.
Para empezar, Gustavo contó sobre la importancia que la variedad tiene para la Bodega. En lo general debido a que sus propietarios son de Chile, un país reconocido por elaborar cabernet sauvignon, y en lo particular porque Aurelio Montes, justamente el fundador de la bodega, construyó su fama mundial a partir de etiquetas elaboradas con esta cepa.

En cuanto a la historia propiamente de Ultra Cabernet Sauvignon contaron que la primera cosecha en salir al mercado fue la 2003, año en el que las uvas provenían de diferentes viñedos, tanto de Luján de Cuyo como de Maipú y hasta del Valle de Uco.
“El estilo que se buscaba reflejar en ellos era el de los cabernet de la época: un poco sobremaduros, súper concentrados, con la madera bien al frente derivado de su paso por barricas nuevas que le imprimían todo su carácter, sumado a la participación de un 10 % de Malbec en el corte para aportar sus trazos de fruta golosa en la boca y equilibrar su característica potencia tánica” contó Gustavo.
Pasaron los años y, como les conté en este post, el estilo de los vinos de Kaiken fue cambiando de acuerdo a la evolución en los gustos del consumidor. Sin embargo, sobre esos cambios Rogelio contó que se hicieron “siempre llenos de elegancia y apoyados sobre notas herbales, fruta mucho más fresca, una agradable acidez y taninos bien presentes, pero mucho más amables”.
Es en las añadas actuales que utilizan uvas de un viejo parral propio ubicado en Vistalba del que valoran su conducción ya que “permite proteger a los racimos de la insolación mendocina, especialmente en cosechas cálidas, logrando muy buenos niveles de madurez sin perder sus característicos aromas y sabores, en la que se destaca la pirazina, expresada de una forma armónica y equilibrada gracias a su cosecha temprana”.
Los vinos

Ultra Cabernet Sauvignon 2003: la etiqueta dice 2010 por un error involuntario al momento de preparar las muestras. 🙂
Es 90 % cabernet sauvignon y 10% malbec, con uvas que provienen de viñedos propios de la Bodega en Agrelo, Luján de Cuyo.
Rogelio contó que fue una vendimia más templada, con un clima seco que dio lugar a taninos más dulces. Para la guarda usaron un 80 % de barricas nuevas durante 12 meses.
¿Cómo estuvo? Aromas algo balsámicos, fruta madura, ciruelas y algo de cuero y hoja de tomate. En boca buen volumen, maduro pero con acidez que acompaña. Muy vivo y complejo.

Ultra Cabernet Sauvignon 2004: el vino también fue un 90% de cabernet sauvignon y 10% malbec, cuyas uvas provienen de viñedos de la región de Lunlunta.
Rogelio comentó que el clima de la añada se caracterizó por ser cálido y seco, con gran frecuencia del viento zonda. Para la guarda usaron un 80 % de barricas nuevas durante 12 meses.
¿Cómo estuvo? Notas más de hinojo, anís y especias. En boca es más denso, con volumen pero también con frescura, con los taninos bien presentes.

Ultra Cabernet Sauvignon 2015: esta añada ya es 100% cabernet sauvignon de los parrales que conté más arriba. Y además fue la primera con Rogelio al frente de la enología.
Si bien el 100% del vino pasó por barricas, estas fueron de menor intesidad, llegando a un máximo de un tercio en contacto con barricas nuevas, mientras que los dos tercios restantes lo hicieron con madera de segundo y tercer uso en parte iguales.
Acá Rogelio comentó que la primavera de ese año fue normal pero le siguieron dos segmentos de mucha lluvia y humedad relativa que provocaron problemas de peronóspora.
¿Cómo estuvo? Aromas a especias, clavo de olo. En boca tiene agarre, fruta y acidez. Con textura e impronta pero sin perder el costado amable.

Ultra Cabernet Sauvignon 2018: una vez más 100% de cabernet sauvignon de Vistalba con el mismo estilo de crianza que la 2015.
Según Rogelio el clima del año se caracterizó por una primavera muy fría que presentó una gran cantidad de heladas en septiembre lo que provocó que la cantidad de bayas por racimo fuera muy inferior a los promedios habituales. A eso se sumaron intensas lluvias en diciembre y marzo que generaron problemas de peronóspora, afectando los rindes. ¿Algo más? Sí, el verano siguió con temperaturas inferiores al promedio histórico y provocó retrasos en la madurez de 20 a 25 días.
¿Cómo estuvo? En nariz mucha fruta negra y algo de clavo. En boca buena acidez, pirazina “masticable” y pimientos. Me gustó que si bien tiene madera no te parte la nariz o la boca por eso, es la potencia de la variedad.

Un gran experiencia poder redescubrir, a través de los vinos, estilos y formas de elaboración que fueron adaptándose con el correr de los años.
Dos cosas me quedaron claras, por un lado lo bien que evoluciona el cabernet sauvignon con el paso de los años y por otro, sin haber sido pensados para una guarda tan larga, lo vivaces que pueden estar vinos argentinos elaborados hace más de 10 o 12 años.
Gracias a Gustavo, Rogelio, Stella y todo el equipo por la invitación. Salú!

De profesión periodista, desde el año 2014 tengo este espacio en el que comunico el maravilloso mundo del vino. Desde hace más de 3 años realizo contenidos digitales para distintas bodegas y vinotecas de la industria. Acá vas a encontrar crónicas, entrevistas y alguna que otra recomendación. Parte de Argentina Wine Bloggers, fui jurado del Concurso Vino Sub30 edición 2015. Además fui finalista de los Born Digital Wine Awards 2017 y tengo hecho el WSET® L2 Wines & Spirits. Gracias, vuelva prontos!