Comenzando con la añada 2009 y llegando a la actual, la 2016, los Argentina Wine Bloggers hicimos un recorrido maravilloso por el Mendel Semillón.
Si a la vertical de Mendel Semillón le agregamos el plus de contar con la presencia de Roberto de la Mota entonces el combo es perfecto.
De Mendel Wines ya les había contado algunas cosas cuando pude ir a degustarlos en La Vinoteca. En aquella oportunidad el Semillón que probamos fue añada 2015 con lo que en esta oportunidad fueron todas novedades 🙂
Para comenzar Roberto nos contó por qué elabora Semillón y fue principalmente por tres motivos. El primero fue el hecho de poseer la viña en Altamira.
El segundo motivo fue porque hasta el año 2009 vendía la uva que producían hasta que el comprador le comunicó que no lo iba a hacer más.
El tercer motivo, y el más importante, es porque en Weinert elaboraba, junto a su padre, Semillón, Chenin Blanc y Chardonnay y tenía buenas expectativas.
[su_quote cite=”Roberto de la Mota”]En los vinos blancos viejos se encuentra cierta evolución que no tiene que ver con la oxidación.[/su_quote]
Antes de comenzar la degustación Roberto se refirió a algunos aspectos a tener en cuenta y a la forma de elaboración que tienen los Mendel Semillón.
Los vinos fueron previamente decantados ya que los blancos, al estar en la botella, en un ambiente reductivo, generalmente al abrirlo necesitan algo de oxigeno para expresarse.
Los Mendel Semillón están todos elaborados de la misma forma, prensaron la uva entera y luego el mosto, con desborre previo, se dejó en una vasija a baja temperatura (6 grados) para que precipiten las impurezas de la uva y el vino se limpie. Este proceso se hace sin protección alguna del oxigeno.
¿Por qué? Porque, según comenta Roberto, es interesante que todos los compuesto oxidables justamente se oxiden en ese momento, ya que después se clarifica y al segundo día se hace el trasiego para que comience la fermentación.
En todos hay un porcentaje de mosto, entre el 15 y 18 por ciento, que fermentó en barrica nueva de roble francés.
Todos provienen del mismo viñedo, en Altamira, de una finca que tiene más de 65 años. Está plantado a pie franco con riego tradicional.
Recién en la 2017 empezaran a tener Semillón del que plantaron, también en Altamira, ellos mismos. Esos viñedos fueron plantados en alta densidad. Habrá que esperar 🙂
[su_quote cite=”Roberto de la Mota”]Al elaborarlos no pienso en un tiempo de guarda determinado pero siempre es una aspiración que el vino pueda conservarse durante varios años.[/su_quote]
Respecto a las variaciones climáticas en las distintas añadas Roberto comentó que en el caso de los años 2016; 2013 y 2010 se dieron temperaturas más frías.
En el caso de los años 2015; 2014; 2012 y 2009 las temperaturas fueron más cálidas.
El año 2011 fue particular. Fue un año de buena madurez aunque los vinos se cerraron mucho y tuvieron una evolución lenta.
Ahora sí, llegó el momento de los vinos, los cuales probamos desde el más jóven al más añejo. Por eso mismo la recorrida inicia en la añada 2016 y culmina en la 2009.
Mendel Semillón 2016: en nariz es fresco. Con algo de cítrico. En boca hay fruta blanca, acidez media alta. Con potencial.
Mendel Semillón 2015: nariz con algo de herbal. Algo más de volumen. En boca es de acidez media, también con volumen. Alguna nota vegetal en el fondo.
Mendel Semillón 2014: en nariz notas más especiadas, con un fondo de apio. En boca también con notas vegetales y acidez media.
Mendel Semillón 2013: en nariz algo de evolución, lo hace más cargado. En boca es potente, con buena estructura y acidez media. Con gran potencial por delante.
Mendel Semillón 2012: en nariz más expresivo, con notas de tostado. En boca resultó algo corto, con acidez media.
Mendel Semillón 2011: en nariz algo más perfumado. No presenta notas de evolución. En boca es de acidez media, con volumen y final más persistente.
Mendel Semillón 2010: en nariz tiene complejidad. Volumen. En boca acidez bien media bien presente, con frescura. Final persistente.
Mendel Semillón 2009: en nariz un pco menos expresivo que el resto. Alguna nota de evolución. En boca algo de tostado, con acidez moderada y cierta evolución aunque todo en equilibrio.
Luego de probarlos y re-probarlos a todos fue notorio como las añadas 16-15-14-13 expresaban una cosa y las añadas 12-11-10-09 otra distinta.Se percibió la frescura y juventud de la 2016 y la madurez de añadas como la 2010 o la 2009.
En los años más fríos los vinos fueron más austeros en nariz y más potentes en boca. En cambio, en los de añadas con climas más cálidos fueron más expresivos en nariz y con menos volumen en boca.
Realmente una experiencia muy enriquecedora donde se pudo volcar en la práctica eso que muchas veces se lee y escucha pero que pocas veces se tiene la chance de comprobar.
Y sobre todo un aprendizaje el hecho de poder valorar y entender vinos blancos “viejos”, descubriendo características en su evolución y conservación.
A veces la vorágine del vino nos lleva a probar etiquetas que quizá ni siquiera están comenzando a desarrollar todo su potencial y nunca está de más un ejercicio como este. Salú!
[sc name=”Newsletter”]

De profesión periodista, desde el año 2014 tengo este espacio en el que comunico el maravilloso mundo del vino. Desde hace más de 3 años realizo contenidos digitales para distintas bodegas y vinotecas de la industria. Acá vas a encontrar crónicas, entrevistas y alguna que otra recomendación. Parte de Argentina Wine Bloggers, fui jurado del Concurso Vino Sub30 edición 2015. Además fui finalista de los Born Digital Wine Awards 2017 y tengo hecho el WSET® L2 Wines & Spirits. Gracias, vuelva prontos!
¡Qué maestro Roberto de la Mota! Un honor que haya estado presente para comentar sus vinos. Nunca pensé que su Semillón aguantaba tan bien el paso del tiempo. Una maravilia.
Gran nota.
Abrazo
La verdad que increíble… un placer escucharlo y aprender… no sólo a vos te sorprendió la capacidad de guarda del Semillón 🙂 Gracias por comentar. Salú!
Muy buena reseña!! A mi en particular la ’10 me partió la bocha.
Abrazo
Gracias Esteban! Sí, la 2010 estaba muy, muy buena