El últimos diciembre finalmente pudimos concretar el viaje blogger de todos los años y una de las visitas fue a Bodega Benegas, donde no solo recorrimos y probamos sus vinos sino que además pudimos alojarnos un par de noches.
Si bien el nombre Benegas tiene un largo, larguísimo recorrido en la historia vitivinícola de Argentina, Bodega Benegas tiene “tan solo” 21 años.
Fue Federico Benegas, bisnieto de Tiburcio Benegas y cuarta generación de viticultores, quien la fundó en el año 2000.

Un poco de historia
Tiburcio Benegas fue el fundador de El Trapiche en el año 1833. Unos años antes había llegado a Mendoza para comprar unos terrenos ya que se dedicaba principalmente a actividades vinculadas a la ganadería.
Ya instalado en Mendoza fue el primer presidente del banco provincial y hasta se casó con la hija del gobernador de ese entonces, Lubina Blanco Zapata, hija de Eusebio Blanco.
Justamente Blanco fue el autor de un manual del viñatero llamado “Las viñas y los vinos de Mendoza” para enseñarle a los inmigrantes que iban llegando como debían plantar las viñas.

Pero volvamos a El Trapiche. Acostumbrado a tomar vino europeo se propuso imitar aquellos vinos franceses que llegaban a la Argentina. Así trajo variedades como el merlot, el cabernet franc y más.
El nombre viene del trapiche, una prensa manual que se usaba en Mendoza en el Siglo XIX, para moler trigo y en Tucumán para moler caña de azúcar.
En ese entonces El Trapiche fue la primera bodega en hacer espumosos e incluso fue en esa época que se crearon las marcas Broquel y Fonde de Cave.

Fue a mediados de los años 70, coincidente con la crisis vitivinícola de la época, que le vendieron las bodegas de Maipú y Godoy Cruz a la familia Pulenta, luego creadores del Grupo Peñaflor.
Si bien actualmente no tienen relación, en el año 1997 Federico ingresa al directorio de las bodegas Peñaflor y Trapiche, empresas que desde ese año, se encontraban bajo el control de Luis A. Pulenta y DLJ, funciones que cumplió hasta marzo de 2001.
Ahí surge la chance de recomprar Finca Libertad en Cruz de Piedra, Maipú.
Esos viñedos habían sido de la familia y tiene, por ejemplo, cabernet franc de 90 años de antigüedad. Más acá en el tiempo, y luego de varios estudios, dieron con un sector llamado Pedregal en el que plantaron plantas nuevas sobre el lecho del río.
Y con ese viñedo se pone a recuperar el edificio actual que había sido construido en 1901 y había pertenecido a Jacinto Álvarez, otro exgobernador de la provincia.
Un poco de actualidad
A Finca La Libertad hoy se le suma La Encerrada, 36 hectáreas en Gualtallary en las que tienen plantado malbec, pinot noir, chardonnay y merlot.
Con un 75% de la producción destinada al mercado externo, hoy elaboran unos 250 mil litros anuales y algo para terceros. Esos vinos que se van para afuera lo hace mayormente a Inglaterra, Canadá, Estados Unidos y China.
Dije 250 mil litros pero la bodega tiene una capacidad para 3 millones de litros dividida en 83 tanques disponibles, varias piletas y huevos de concreto.

Si bien Federico es quien toma las decisiones enológicas y define los estilos, el equipo enológico está formado por Tomas Bustos, segundo enólogo y Gabriela Zavala, ingeniera agrónoma.
Los vinos
Y claro, la visita incluyó poder probar los vinos que elaboran, tantos fueron que se dividió la cata en 2 días distintos.
Durante el primer día probamos todas las líneas, desde Clara hasta las añadas actuales de los Single Vineyads.

Un denominador común de estos flights fue la buena relación precio calidad que tienen los vinos de Bodega Benegas, sobre todo en las gamas de entrada, leáse Clara Chardonnay, Carmela Rosado y los Estate.
Todos vinos con presencia de fruta y una fluidez que, más allá de la crianza de cada línea, le aporta, dentro de cada gama, mucha bebebilidad a cada uno de ellos.

Al día siguiente, y junto a Gabriela, probamos algunas novedades como el Single Vineyard Chardonnay y 2 añadas de los tintos de El Pedregal.
El cierre fue con una mini vertical de 10 años entre Benegas Lynch Cabernet Franc 2008 y Benegas Lynch Cabernet Franc 2018.
Todos vinos que claramente están un escalón más arriba de lo probado el día anterior pero que no pierden esa búsqueda elaborar con complejidad y elegancia sin perder fluidez. Mención aparte para el cabernet franc 2008 que estaba, a mi entender, en su punto justo de disfrute.
Una gran opción para probar los vinos son los ciclos de catas que suelen hacer en las oficina de Buenos Aires, de hecho fue una de las primeras crónicas de degus de este espacio. 🙂
Un bonus, la charla con Federico
La noche anterior a irnos tuvimos la chance de compartir una cena informal con el propio Federico Benegas quien nos contó la historia de Bodega Benegas y su familia, de la que surgieron la mayoría de datos que les cuento en este post.
Además nos contó varias anécdotas de sus periplos en los comienzos de Bodega Benegas y hasta de su afición por los ponchos, que fue recolectando a través de sus viajes por la Argentina. De hecho, muchos de ellos decoran las distintas partes de la bodega.

Un placer poder conocer de primera mano una de las historias más importantes de la industria del vino nacional y, algo que fue casi una constante en este viaje, redescubrir vinos que hacía tiempo no probaba.
Gracias a Federico, a Juliana (encargada de Turismo) y a Mónica por las gestiones, la predisposición y la amabilidad con la que nos recibieron. Salú!
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De profesión periodista, desde el año 2014 tengo este espacio en el que comunico el maravilloso mundo del vino. Desde hace más de 3 años realizo contenidos digitales para distintas bodegas y vinotecas de la industria. Acá vas a encontrar crónicas, entrevistas y alguna que otra recomendación. Parte de Argentina Wine Bloggers, fui jurado del Concurso Vino Sub30 edición 2015. Además fui finalista de los Born Digital Wine Awards 2017 y tengo hecho el WSET® L2 Wines & Spirits. Gracias, vuelva prontos!