Sueños de Revolución es el proyecto que en el año 2019 iniciaron Pablo Caparrós y Mariana Rodriguez Rolfi, ingenieros agrónomos y compañeros de vida, con la intención de rescatar y revalorizar algunos viñedos abandonados en distintas zonas de Luján de Cuyo.
Concretamente, Sueños de Revolución son malbec de Luján de Cuyo provenientes de sitios que fueron muy importantes para el desarrollo de la vitivinicultura nacional pero que ahora están a punto de desaparecer.
Como el caso de la viña a la cual me citaron para escucharlos hablar sobre su historia, una finca, alguna vez alquilada por Cobos y luego abandonada tras su venta a Molinos, que los encontró como nuevos guardianes.

La historia de Pablo y Mariana tiene sus raíces en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo, donde se conocieron, se enamoraron y se graduaron como agrónomos. Mariana, proveniente de una familia uruguaya sin vínculos con el agro, se unió a la pasión de Pablo por la agricultura orgánica, influenciados por lo que observaban en el mundo de los frutihortícolas.
El viaje comenzó en 2011 con una modesta huerta orgánica en el patio de una casa abandonada. A medida que alquilaban tierras para expandirse, se adentraron en un mundo que la facultad no había revelado por completo. Pablo, con experiencia en viñedos, recibió la noticia de que su abuelo poseía dos hectáreas de viñedo abandonadas en Viamonte, entre Chacras y Vistalba. A pesar de las dificultades evidentes, decidieron apostar por el proyecto.
Para el año 2018, Pablo, con cinco años de experiencia en Catena y dos como encargado de los viñedos de Montechez, implementó técnicas de agricultura de precisión para revitalizar la finca. La oportunidad se presentó cuando le dijeron que podía hacer lo que quisiera con ella.

Así, Sueños de Revolución nace al tratar de salvar un viñedo centenario, hoy viñedo urbano, ubicado entre loteos en el distrito de Chacras de Coria. Este hermoso viñedo abandonado fue el puntapié para crear varios vinos más.
La primera añada que embotellaron fue “Sueños de Revolución, distrito Chacras de Coria”, y así empezó a germinar la semilla de un pequeño sueño: levantar la bandera de los malbec de Luján de Cuyo, de una manera distinta.

Sueños de revolución son viñedos donde se practica la viticultura regenerativa, en donde no se usan agroquímicos de síntesis, se mezclan antiguas técnicas, se respeta la vegetación y se realizan prácticas de mucha intervención natural buscando que el terroir se exprese lo más posible.
Estas técnicas, me contó Pablo, les permiten ahorrar agua y “luchar contra el cambio climático gracias a la alta captura de carbono que proponemos, no sobre-exigir a las plantas y trabajar con mano de obra lujanina a la manera ancestral”.
Después de cinco cosechas los resultados medidos científicamente son auspiciosos en cuanto a cantidad de materia orgánica de esos suelos y biodiversidad de microorganismos, datos que obtuvieron gracias a la investigadora Melanie Roy en asociación con el Conicet.

El camino se ve claro, en Sueños de Revolución buscan demostrar que se puede ganar dinero respetando la tierra y produciendo vinos jóvenes de alta calidad. Un enfoque transformador que cambia la percepción de las malezas como simples obstáculos a parte integral del ecosistema.
Como a una gran mayoría, el 2020 marcó un desafío adicional: la pandemia. Pablo, enfrentándose solo a la cosecha, logró recolectar 500 kilos con la ayuda del nieto de la dueña de la finca de Chacras y, con la elaboración en Dolium, que les prestó su bodega, nació la segunda añada, registrando oficialmente la marca inspirada en una canción de El Bordo.
La presencia en el canal de YouTube de Oscar Pinco en esa época les abrió puertas a otros pequeños productores que buscaban ayuda para salvar sus viñas. En 2021, alquilaron un viñedo en Vistalba y se asociaron con Gustavo Caligiore para ampliar su experiencia y recursos técnicos.
En 2022, la asociación con productores creció, y se formó “Asociación Civil Viñedos Centenarios de Primera Zona”. La unión con productores de Vistalba, Drummond, Carrodilla, Cruz de Piedra, Lunlunta y Las Compuertas dio lugar a un proyecto conjunto bajo una marca paraguas.
La visión es mostrar Luján de Cuyo de primera zona de manera diferente con vinos distintivos de cuatro zonas.

“Nosotros defendemos, resistimos y le devolvemos el honor a la primera zona de cultivo de Mendoza, los viñedos ancestrales de las costas del Río Mendoza, las zonas que el marketing y las nuevas tendencias dejaron atrás”.
Todo esto a partir no solamente de la recuperación de viñedos, sino de la participación activa en la asociación con pequeños productores históricos que también resisten el avance de los barrios y la ciudad.
Productores entre los que se encuentra la finca más antigua de Luján de Cuyo documentada, donde se sospecha que el material genético del malbec puede ser de los traídos por el francés Pouget en la época de Sarmiento.
Por si hace falta aclararlo, Pablo agrega que “Sueños de Revolución está orgulloso del terroir lujanino y por eso trabajamos y defendemos la historia y cultura de nuestra zona”.

Volviendo a los vinos que fueron elaborando desde sus inicios, las primeras cosechas 2019 y 2020 fueron exclusivamente del viñedo recuperado en Chacras de Coria y la compartieron con amigos. A partir del 2021 empezaron a trabajar en un viñedo de Vistalba y es por eso que en esta añada (próxima a salir a la venta) tienen dos versiones de vinos:
Por un lado Sueños de Revolución “La Aldea” (Malbec de Chacras de Coria) y por otro, Sueños de Revolución “El Albor” (Malbec de VIstalba). Además, desde la cosecha 2022 incorporaron dos nuevos lugares que están próximos a ser embotellados Carrodilla y Perdriel.
Realmente fue un placer escuchar a Pablo y Mariana hablar y contar la historia de este proyecto que más allá de la elaboración de los vinos también es una forma de encarar sus vidas.
Gracias a ambos por recibirme y dedicar un rato de su domingo. Salú!
Pueden leer la visión de Angel y Vino en este post.
¿Te gustó lo que leíste? ¡Invitame un cafecito!
