Con una reserva de 24hs previas conseguí un par de tickets para visitar Salentein. Ubicada al pie de los Andes, en Valle de Uco, la firma de capitales holandeses está de camino entre Tupungato y Tunuyán.
Tenía reserva para las 14. Llegamos un rato antes y nos mandamos. Luego de 1km por camino de piedritas se llega al estacionamiento de la bodega. Bodega? Parece más un centro de exposiciones (de hecho tiene galería de arte que mostraré en otro post).
Al ingresar al lobby te encontrás con que a la derecha están la tienda, en primer lugar, y el restaurante. A la izquierda el micro-cine y el “bar” donde se pueden realizar degustaciones. Si uno sigue y vuelve a salir, entonces ve al fondo la planta en sí misma.
Hicimos el recorrido clásico, donde pudimos ver y visitar la cava circular, en la cual se realizan dos veces al año conciertos. La guía también nos contó que Callia (San Juan) es la única bodega que Salentein compró “hecha”.Luego del recorrido hay degustación de Salentein Reserva (Sauvignon Blanc, Cabernet Sauvignon y Malbec).
En cuanto a las degustaciones opté por la “Premium” que me permitió probar el tope de gama de Salentein, Primus. Fueron un Chardonnay, un Pinot Noir y un Malbec.
Exelente atención de todo el personal, súper amables y predispuestos. La vista es impagable. Les dejo algunas fotos más.

De profesión periodista, desde el año 2014 tengo este espacio en el que comunico el maravilloso mundo del vino. Desde hace más de 3 años realizo contenidos digitales para distintas bodegas y vinotecas de la industria. Acá vas a encontrar crónicas, entrevistas y alguna que otra recomendación. Parte de Argentina Wine Bloggers, fui jurado del Concurso Vino Sub30 edición 2015. Además fui finalista de los Born Digital Wine Awards 2017 y tengo hecho el WSET® L2 Wines & Spirits. Gracias, vuelva prontos!
Yo estuve hace poco en la recorrida y degustación "común". Arrancó con un chardo Portillo, luego un malbec de la línea Reserva y finalmente un Syrah Numina.
En principio es innegablemente impactante todo lo arquitectónico y más teniendo en cuenta el contexto -en medio del campo-. Hasta cometí el pecado de aporrear el piano de la cava y conste que fue porque nadie más se atrevió, ya que pianista no soy.
Pero eso de arrancar degustando Portillo, para mí un honesto y buen vino para diario, me parece que desluce el objetivo final.
Debo decir además, que las dosis de cata fueron a mi criterio muy exiguas, menos de 1 cm en copa de degustación es decir la pequeña, y no se ofreció "refill" ni por equivocación. Al contrario, el guía parecía apurado por terminar.
Ah! Tengo exactamente la misma foto de la placa identificatoria del viñedo de PN, que está al costado del camino hacia la bodega desde el edificio principal.
Abrazo.
Fabio, en mi caso la degustación que estaba incluída en la guiada consistió en un Chardo, un Malbec y un C. Sauvignon de la línea Reserva. Los Primus los pude degustar pagando aparte, donde las "dosis" fueron generosas. Es una bodega que sorprende desde lo arquitectónico sin dudas!. Y respecto a la foto, es imposible pasar por ahí y no disparar la cámara. Gracias por comentar! Salú!