La teoría culinaria dice que la gastronomía nórdica, con sus sabores profundos y sencillos, representa una de las propuestas más fascinantes de la escena culinaria internacional. Y en Sál cocina nórdica uno encontrará justamente eso.
Desde los frescos mariscos del Mar del Norte hasta los productos de las vastas tundras y frondosos bosques de Escandinavia, este tipo de cocina captó la atención de los chefs por su elegancia y frescura. En Palermo, el restaurante Sál cocina nórdica invita a los comensales a sumergirse en esta tradición con un toque personal que lo convierte en una experiencia única.

Sál, que significa “alma” en islandés, nació de la pasión de Nicolás Díaz Martini, un chef con una carrera consolidada que comenzó en las aulas del Colegio de Cocineros Gato Dumas. Después de pasar por las cocinas de Sucre bajo la dirección de Fernando Trocca, Nicolás exploró su propio camino abriendo “El Almacén” en La Cumbre, Córdoba, y más tarde Fuego, un restaurante a puertas cerradas en Buenos Aires.
En 2022, se decidió canalizar su fascinación por la cocina nórdica, un interés cultivado desde 2005 cuando participó en un evento culinario que lo marcó profundamente.
Con Sál cocina nórdica, inaugurado junto a su esposa Florencia, materializó su visión: un espacio elegante con barra y cocina abierta, donde la cultura gastronómica del norte de Europa se entrelaza con toques de otras cocinas, como la asiática, y un fuerte enfoque en productos locales.


La propuesta culinaria de Sál es un homenaje a la cocina nórdica, pero con un enfoque flexible que integra elementos de otras tradiciones. Destacan el pato como protagonista principal y los icónicos smørrebrød, que son reversionados con creatividad. Además, la barra de vodkas y el aquavit de elaboración propia agregan autenticidad y un guiño nostálgico a la experiencia.
Cada plato refleja la curiosidad y la exploración personal de Nicolás como chef y viajero. “La carta es como un diario de viaje”, comenta, donde los ingredientes locales se combinan con técnicas nórdicas y especias seleccionadas para crear un recetario contemporáneo y dinámico.


Al entrar a Sál cocina nórdica, los comensales son recibidos en un ambiente inspirado en el concepto danés de hygge, que se traduce como calidez y bienestar.

El restaurante cuenta con dos salones: uno principal, minimalista y sobrio, y otro más íntimo, con detalles escandinavos que contrastan con un aire clásico francés. La presencia de libros y la barra, que exhibe una cuidadosa selección de destilados, completan la experiencia sensorial.

Sál cocina nórdica no pasó desapercibido en la escena gastronómica local y en 2024 recibió la prestigiosa distinción de la Guía Michelin.
Este reconocimiento refuerza su dedicación a la excelencia, desde la selección de ingredientes hasta la atención al detalle en el servicio. Nicolás y su equipo no solo miran hacia Escandinavia, sino también hacia el sur de Argentina y países vecinos, donde planean expandir su visión y propuestas culinarias.


Recientemente, Sál inició una nueva etapa con la incorporación de Elizabeth Jeremias como Directora de Hospitalidad.
Con amplia experiencia en relaciones públicas y protocolo, Lizz elevó aún más el estándar del servicio en el restaurante. Esta alianza le permite a Nicolás concentrarse en el desarrollo de nuevos platos y proyectos, inspirados por un reciente viaje a los países nórdicos.


La experiencia en Sál cocina nórdica no es solo gastronómica, sino también cultural. Cada plato lleva consigo una historia, un paisaje o un recuerdo del norte de Europa reinterpretado con pasión y maestría. Para quienes buscan algo más que una cena, Sál ofrece una invitación a descubrir la riqueza de la cocina nórdica en un rincón de Palermo que captura su esencia con respeto y creatividad.
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