Sigo desempolvando algunos contenidos que me quedaron pendientes de la última visita a Mendoza y entre ellos está lo que fue la visita a Dante Robino.

La historia de Bodega Dante Robino, que inició en 1920 en Luján de Cuyo, es un testimonio de tradición e innovación. Fundada en los albores del siglo pasado, esta bodega ha sabido adaptarse a los desafíos del tiempo, consolidándose como un referente en la industria vitivinícola argentina. Desde su adquisición por Cervecería y Maltería Quilmes en 2020, Dante Robino ha diversificado su propuesta, ampliando su capacidad de producción y posicionándose en mercados locales e internacionales con una amplia oferta de vinos y espumantes.

El corazón de la bodega está en manos de un equipo liderado por Gonzalo Funes, enólogo principal desde 2018, con más de una década de experiencia en Dante Robino, quien nos recibió en la bodega.

Gonzalo Funes
Gonzalo Funes

Funes trabaja junto a Dariela Anguita y Martín Scatolón, quienes aportan su experiencia en diversas áreas de la producción, con el respaldo de Jorge Riccitelli, uno de los enólogos más reconocidos de Argentina, en calidad de asesor. Este equipo combina tradición y modernidad para crear vinos que reflejan la esencia del terroir mendocino.

La bodega tiene una capacidad total de 11 millones de litros, distribuidos principalmente en piletas de cemento (85%) y tanques de acero inoxidable (1 millón de litros). La champañera, construida a finales de los 90, es clave para la producción de espumantes bajo el método Charmat, con una capacidad de 500 mil litros. Estas instalaciones se utilizan para elaborar etiquetas icónicas como Novecento, una línea que destaca por sus espumantes de chardonnay y chenin, provenientes de viñedos seleccionados en Luján de Cuyo.

El enfoque en la calidad también se refleja en la implementación del método Charmat Lungo para algunos de sus productos premium, que prolonga la crianza en tanques para lograr espumantes más complejos y refinados.

Pupitres en Dante Robino
Pupitres en Dante Robino

Aunque Dante Robino posee 4 hectáreas propias, su producción se nutre principalmente del trabajo conjunto con 130 productores distribuidos por toda Mendoza, desde el Este hasta el Valle de Uco. Este modelo permite a la bodega aprovechar la diversidad de suelos y climas que caracterizan a la provincia, logrando vinos y espumantes que representan la diversidad de los terroirs mendocinos.

El cuidado en el viñedo está bajo la supervisión del ingeniero agrónomo Tomás Prabaldi, quien implementa prácticas que garantizan la calidad de las uvas y, en consecuencia, de los vinos elaborados.

La bodega no solo está enfocada en la producción de vinos de alta calidad, sino también en ofrecer experiencias memorables a quienes la visitan.

Con la renovación de sus instalaciones para mejorar la propuesta enoturística, actualmente brindan un recorrido más completo e inmersivo por su historia y proceso productivo. Estas reformas incluyeron mejoras en su restaurante y centro de visitantes, que posicionan a Dante Robino como un destino destacado en la ruta del vino mendocino.

Más arriba les hablaba de la línea Novecento, que es una de las más representativas de la bodega, especialmente en su categoría de espumantes, que combinan frescura y elegancia. Pero Dante Robino no se detiene allí. Su portafolio incluye una diversidad de etiquetas que abarcan desde vinos jóvenes y frescos hasta propuestas premium, como Gran Dante.

Con un 80% de su producción destinada a la exportación, Dante Robino tiene presencia en mercados clave como Estados Unidos, China, Rusia y Brasil, llegando a 70 países activos. Este alcance global refleja no solo la calidad de sus productos, sino también el compromiso de la bodega por posicionar al vino argentino en el mundo.

Algunos vinos de Dante Robino
Algunos vinos de Dante Robino

Durante la visita me quedó claro que Dante Robino es mucho más que una bodega centenaria; es un ejemplo de cómo la tradición puede fusionarse con la innovación para mantenerse vigente en una industria altamente competitiva. Con su equipo enológico de excelencia, su apuesta por la sostenibilidad y su enfoque en ofrecer experiencias únicas, Dante Robino continúa marcando tendencia y llevando el vino argentino a nuevas alturas.

Gracias a Luli Bonomo por las gestiones y a Gonzalo por recibirnos. Salú!

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