Hace unos días atrás me invitaron a Casa Zuviría para asistir a la presentación de Bodega Calyptra, un proyecto que tiene “patas” a ambos lados de la Cordillera de los Andes.
El encuentro contó con la presencia de Fernando Rodríguez Merino, el socio argentino a cargo de la ejecución de la propuesta local, quien compartió la historia y la visión que definen a Bodega Calyptra.
El proyecto de Bodega Calyptra fue iniciado en 1989 en Chile por el Dr. José Zarhi Troy, un prestigioso cirujano plástico y conocedor de vinos. Su emprendimiento vitivinícola comenzó con la implantación de las primeras parras de chardonnay en su fundo “Santa Cruz de Coya”, en el valle de Alto Cachapoal, a 1.000 m.s.n.m..

A fines de 2018, el Dr. Zarhi buscó ampliar su portfolio en busca de grandes vinos y se asoció con Fernando Rodríguez Merino. Fernando había dejado el mundo de los sistemas de información para dedicarse a proyectos vitivinícolas y turísticos desde 2007, y se convirtió en el ejecutor de la visión en Argentina.
Esta alianza culminó con la adquisición de una finca en una de las mejores zonas del Valle de Uco: Los Árboles de Villegas en Tunuyán, a 1.250 msnm. Y es ahí donde nace la línea argentina: Wayra.
En cuanto al nombre de la bodega, Calyptra, Fernando nos contó que proviene del vocablo griego “calyptros”, que significa sombrero. La calyptra es ese “sombrero” de la flor de viña que protege los aparatos reproductivos de la planta y que se desprende para permitir la floración en primavera.
De alguna manera es un homenaje a la flor de la vid que “se saca el sombrero” para dar vida a la uva.
Desde 2023, la enología del proyecto está a cargo de Emiliano Domínguez, quien también estuvo presente y nos guió durante la degustación de los vinos de ambos países.
Por un lado, la colección chilena, denominada Calyptra, en la que buscan reflejar “la pureza y elegancia del Valle de Cachapoal”. Y por otro, la mencionada Wayra en la que buscan “alcanzar la máxima expresión varietal”.
Justamente, yendo a los vinos, empezamos por Wayra Extra Brut, un espumoso método charmat de perfil bien frutado y fresco. Luego seguimos con Wayra Chardonnay con un perfil ATP.


El tercer vino fue el Calyptra Gran Chardonnay, uno de mis favoritos de la cata, de perfil más vegetal y con la acidez bien presente.
El primero de los vinos tintos que probamos fue el Wayra Cabernet Franc, que mostró una tipicidad bien marcada con un perfil algo más frutal. El siguiente fue el Calyptra Pinot Noir Gran Reserva, un tinto con impronta, con notas más balsámicas que frutales.


Seguimos con Wayra Gran Malbec, de buena estructura, de fruta presente, se percibe la barrica pero no invade del todo.
Los últimos dos vinos fueron Calyptra Petit Inedito, un blend de merlot, syrah y cabernet sauvignon de buen volumen y con cuerda para rato y Calyptra Fortificado, una interesante opción en su gama.

A modo de cierre Fernando nos contó un poco más sobre el plan para Bodega Calyptra en Argentina, un proyecto enfocado en el enoturismo en el que contemplan armar un hotel boutique con 24 habitaciones, un restaurante de cocina regional, una sala de degustación y la bodega propia.
Actualmente, las obras se están ejecutando y esperan que el complejo esté listo en 2027.
Un interesante encuentro para conocer Bodega Calyptra, sus vinos y lo que se viene en el futuro cercano. Gracias a Elizabeth por la invitación. Salú!




