Uno de los grandes pendientes a visitar que tenía desde que inicié el blog era Cheval des Andes, la bodega ubicada en la zona de Las Compuertas.
Por suerte, el último día de la última visita que hice a Mendoza pude saldar esa cuenta y, de paso, recorrer el viñedo de la mano de Gerald Gabillet y Rosario Toso. Gerald es el encargado de la enología y Rosario es la ingeniera agrónoma.
Un recorrido que hicimos luego de que nos recibiera la coordinadora de turismo y hospitalidad, Noelia Pérez.

Arrancamos entonces la recorrida viendo algunos sectores del viñedo que fueron la excusa perfecta para que Rosario explicara un poco el manejo y los cambios que vienen implementando desde hace unos años, todo basado en la agroecología y la agricultura regenerativa.
En sí, iniciaron un trabajo que implicó la transformación de las 32 hectáreas de viñedos de Cheval des Andes en Las Compuertas y, 15 más que tienen en Paraje Altamira.
El proyecto de agroforestería, iniciado en 2020 tiene su complemento en la construcción de represas en 2017 y la introducción de especies nativas y extranjeras en 2022, todo en busca de lograr la biodiversidad en el viñedo. Rosario desrtacó cómo la iniciativa va más allá de la superficie, explorando las conexiones subterráneas entre las raíces de la vid, la cobertura vegetal y los árboles.

El uso del biotriturado (brf) para combatir heladas y la creación de pequeños bosques en 2018, son parte de la filosofía de sostenibilidad.
Ese compromiso de Cheval des Andes con la sostenibilidad se apoya también en el hecho de tener certificación por parte de Letis en las dos fincas. La expansión consciente del viñedo y la atención detallada a cada parcela, refuerzan eso que legitima un papel.
De hecho, contó Gerald que siempre maneja la misma persona cada parcela. Ajustan la carga en función de lo que observan. No hay receta.
Para Gerald, todo este trabajo y transformación son imprescindibles a la hora de elaborar los vinos.

Vino que tuvo su primera cosecha vinificada en 1999 y comercializada en 2001. Siempre como un blend en el que el malbec, el cabernet sauvignon y el petit verdot van alternando su protagonismo.
El corte, como bien explica Angel en su nota, es realizado por los equipos de enólogos de Cheval des Andes y Château Cheval Blanc realizan juntos el pre-assemblage que constituye la base para el blend final. Este blend se añeja durante 16 a 18 meses en una selección de barricas nuevas y de segundo uso de Burdeos, de roble francés o austríaco.
En total etiquetan un máximo de 100 mil botellas, un número que es que les permite obtener el hecho de elaborar cada añada 100% con uva propia.

Algo que pronto seguramente estará cambiando, al menos en la cantidad de uva disponible año a año, ya que están plantando 4000 m2 de viñas en las que volverá el merlot y el cabernet franc para ver cómo resultan.
Esta expansión de viñedo estará acompañada de la construcción de la bodega propio ahí mismo, un proyecto que está monitoreado por Château Cheval Blanc y que tendrá una pequeña sección para microvinificación y experimentación. Esperan inaugurar en 2025.

Para cerrar la visita Gerald tenía preparada una vertical de Cheval des Andes en sus cosechas 2018, 2019 y 2020, recientemente lanzada al mercado. Un cierre de lujo.
Gracias a Noelia, Rosario y Gerald por el tiempo y la dedicación. Salú!
¿Te gustó lo que leíste? ¡Invitame un cafecito!
