La recorrida por el Valle del Pedernal del segundo día en el viaje a San Juan que organizo Fernando Musumeci tuvo como primera parada la finca Fuego Blanco.
Fuego Blanco nace como un emprendimiento de la Familia Millán, cuando en el año 2012 adquieren una finca en esta zona con 130 hectáreas. En aquel entonces, la primera parte de la plantación fue con asesoría de Edy del Popolo.
Ahí nos recibió Pablo Gómez Sabatié, gerente agrícola de la Familia Millán, quien nos contó un poco sobre las cartacterísticas del lugar y la distribución de las viñas.

Así, nos dijo que del total de hectáreas plantadas 75 corresponden a malbec y 13 a cabernet franc. Luego, el resto está repartido entre syrah, sauvignon blanc, gewurztraminer, cabernet sauvignon y pinot noir.
Claro que “conquistar” Valle del Pedernal a una altura de 1500 m.s.n.m (la más alta del Valle) fue posible, en palabras de Pablo, gracias al desarrollo de la tecnología y el cambio climático más el expertiz en manejo de viñedos.
En sí la propia finca Fuego Blanco tiene una pendiente con 100 metros de desnivel y está a 4 kilómetros del pozo de agua, por eso y por los 150 milimetros de lluvias anuales, es que decidieron implementear el riego por goteo.

Pablo destacó que todo el manejo de la finca es orgánico, con solo 2 aplicaciones preventivas durante todo el año, y que esto en parte es gracias a las características del Valle del Pedernal.
Y es que es un valle cerrado, al que no tienen ingreso las plagas, un oasis productivo protegido por la barrera natural que ofrece la sierra del Pedernal.
Esa misma sierra contiene, según nos contó Pablo, el fondo marino arrastrado que estaba del lado de Chile con lo que hay presencia de material orgánico que lo hace distinto. Por eso, la composición de sus suelos es tan rica como diversa, con una fuerte presencia de calcáreo geológico de origen marino.

Claro que además estuvimos probando los vinos que elaboran allí pero antes Pablo nos contó el por qué del nombre Fuego Blanco.
La historia cuenta que se llama Fuego Blanco por el Pedernal, una piedra que generaba la chispa que iniciab el fuego en tiempos de los Pueblos Originarios y blanco porque generalmente está todo nevado y esa es la base de su subsistencia.



Y entonces sí, ahora es momento de los vinos. En total probamos seis etiquetas de las cuales hay tres que no solo fueron los vinos de Fuego Blanco que más me gustaron en la visita sino también en el recorrido total del viaje.
Ellos son Fuego Blanco Sauvignon Blanc, un blanco con buena acidez bien presente que si bien estaba algo tímido en nariz, en la boca tiene tipicidad y un perfil más de fruta acida.
El otro blanco fue Fuego Banco Gewurztraminer, también con perfil de fruta blanca, buena tipicidad, interesante volumen y presencia de acidez.
El último de los tres destacados es el Flintstone Cabernet Franc, de perfil algo herbal, con presencia de furta roja, textura rugosa, buena estructura y paso fluido y elegante.
Más allá de haber sido mis preferidos de lo degustado hay que decir que en general todos los vinos estaban con un marcado perfil de frescura sin resignar impronta y tipicidad.

Para cerrar el posteo no está de más recordar que desde el año 2007 el Valle de Pedernal es una Indicación Geográfica (I.G.) vitivinícola.
Ojalá el reconocimiento que vienen ganando los vinos de esta zona vaya acompañado de la implementanción de obras de infraestructura básicas, como la señal de teléono, que ayuden a promover el turismo.
Gracias a Pablo y todo el equipo por la predisposición para recibirnos a Musu y todos los Cueveros. Salú!
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