En el mapa vitivinícola de Mendoza, el distrito de Las Compuertas en Luján de Cuyo es un nombre que resuena con historia y prestigio, por eso en el último viaje a Mendoza dedicí hacer foco en esta zona.

Considerada parte de la Primera Zona mendocina, esta pequeña joya fue la cuna de grandes vinos que elevaron la reputación de Argentina en el mundo.

Entre las cuestiones que hacen que se obtengan grandes vinos el tema de su ubicación es clave: se encuentra al Norte del Río Mendoza y al oeste de Vistalba, lo que, gracias a su cercanía a la Cordillera, la convierte en la zona más fría de Luján de Cuyo, con una amplitud térmica comparable a la del Valle de Uco.

Algunos números frescos que compartió Guillermo Corona en su nuevo y reciente libro “Raíces del Vino” indican que en promedio cada productor de la zona tiene unas 13 hectáreas, siendo Terrazas de los Andes el de mayor cantidad (44) lo que hace que el 15 por ciento de los productoes aglomeren el 50 por ciento de la superficie cultivada.

Viñedo de Maal Wines en Las Compuertas
Viñedo de Maal Wines en Las Compuertas

Si vamos a los comienzos de todo, el origen de su nombre se remonta a 1785, con la construcción de la “Toma de los Españoles”, la primera obra hidráulica de Mendoza. Este dique fue crucial no solo para regular las crecidas del Río Mendoza, sino también para sentar las bases del desarrollo agrícola de la región.

A finales del siglo XIX, la zona se dedicaba a la ganadería y la producción de alfalfa, pero el tiempo y las condiciones ideales de suelo, clima y acceso al agua impulsaron su transformación en un centro vitivinícola, con un predominio de malbec plantado en alta densidad.

Las Compuertas tiene una superficie excepcionalmente pequeña de casi 1.000 hectáreas, de las cuales solo unas 330 están cultivadas, sin posibilidad de expansión. Esta limitación convierte a su terruño en un bien preciado.

Si hablamos de estilos o de estilo de vino, hay un concepto que unifica la opinión de los productores sobre los vinos de Las Compuertas: la elegancia.

Viñedo de Cittanina en Las Compuertas
Viñedo de Cittanina en Las Compuertas

Si nos ponemos un poco técnicos podemos decir que los vinos de Las Compuertas son reconocidos por su fruta intensa y sus notas de ciruelas, ofreciendo una textura suave y carnosa. Se destaca que sus taninos son dulces y firmes, lo que permite la obtención de vinos frescos y elegantes, características emblemáticas del malbec local.

En boca, los vinos muestran una gran complejidad y volumen, con taninos elegantes y una madurez polifenólica que prioriza la sedosidad.

El recorrer la zona, charlar con los productores e incluso con algún que otro personaje histórico de Las Compuertas, demuestra que la conservación de los viñedos antiguos es una prioridad para los productores, que los consideran un patrimonio único para transmitir a las futuras generaciones.

Y es que en Las Compuertas aún se cultivan viñedos centenarios de Malbec plantados en 1929, verdaderos testigos de la historia vitivinícola argentina.

Viñedo de Durigutti en Las Compuertas
Viñedo de Durigutti en Las Compuertas

Sin embargo no todo es color de rosas. Cuidar y trabajar viñedos tan antiguos implica tener conocimientos y disponibilidad de mano de obra calificada que sepa como trabajarlas, recursos de los que cada vez hay menos.

Además, este patrimonio se enfrenta a la amenaza de la creciente de la urbanización impulsada por la voracidad de los negocios inmobiliarios que desde hace años vienen depredando viñedos.

Las Compuertas es un lugar donde la historia, un terroir inigualable y la dedicación de los viticultores convergen para crear vinos con una impronta única, lo que en definitiva hacen de esta zona una referencia de la viticultura argentina.

Salú!

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