Hace una década, un sauvignon blanc turbio y sin filtrar entusiasmó a un grupo de sommeliers daneses que visitaban la finca de Alpamanta en Luján de Cuyo. Ese fue el germen de Breva, una línea que hoy celebra sus primeros 10 años.

Y que mejor que hacerlo a través de una cata vertical que simboliza una nueva forma de entender el vino natural en Argentina.

El encuentro fue encabezado por Andrej Razumovsky, fundador y alma mater de la bodega, quien compartió con entusiasmo anécdotas, detalles técnicos y su sorpresa al ver cómo aquel experimento se convirtió en una etiqueta de culto. “Nunca pensé que íbamos a hacer una vertical de un vino como Breva”, dijo entre risas. Pero ahí estaban: diez añadas alineadas, con toda la evolución del Sauvignon Blanc, el Rosé y el Blend.

Andrej Razumovsky
Andrej Razumovsky

Breva, el vino que nació del instinto

El 28 de marzo de 2015 se cosecharon 300 kg de sauvignon blanc que fermentaron en barrica nueva francesa durante seis meses. En paralelo, 800 kg de syrah fueron prensados y fermentados en un huevo Nomblot (el único en el país en ese momento). Así nació Breva, la primera línea de vinos turbios de Argentina. “Breva es un juego con la juventud y la cosecha temprana”, explicó Razumovsky. El nombre hace referencia al primer fruto de la higuera, y el espíritu de la línea es exactamente eso: frescura, autenticidad, naturaleza.

Desde entonces, Breva fue incorporando nuevas etiquetas. En 2018 llegó el tinto, un cabernet sauvignon fermentado con pieles en ánfora durante 8 meses, que con el tiempo se convirtió en un blend de cuatro cepas. En 2020 sumaron el naranjo de grüner veltliner y también el primer Pet Nat sin sulfitos del país, hecho con criolla grande.

Breva Sauvignon Blanc 2015
Breva Sauvignon Blanc 2015

La vertical, año por año

Durante la cata, las botellas pasaron por las copas con un ritmo pausado, mientras Andrej guiaba con comentarios que iban desde lo técnico hasta lo emocional.

Así las cosas, en cuanto a Breva Sauvignon Blanc, las distintas añadas que probamos fueron las siguentes:

  • 2015: acidez vivaz, algo caramelizado, pero sin densidad. Sorprende su frescura.
  • 2016: buena acidez, notas de sambayón y tostados. Volumen y presencia.
  • 2017: vibrante, con rastros de barrica y miel. Más cremoso.
  • 2024: duraznos en lata, textura, fruta y una acidez muy bien equilibrada. Largo y sabroso.
Breva Rosé y Blend
Breva Rosé y Blend

El Breva Rosé de Syrah también tuvo su espacio. “Quería hacer un gran rosado de estilo francés en Argentina, y costaba encontrar uno”, confesó Razumovsky.

  • 2015: notas que recuerdan al gewürztraminer, hidrocarburos y fruta roja.
  • 2018: algo tostado, fruta roja dulce, de cuerpo medio.
  • 2024: manzanas y fruta roja fresca. Cuerpo medio y buena textura.

En cuanto al Breva Blend, se cataron las añadas 2019 y 2021:

  • 2019: especiado, con volumen, acidez y agarre.
  • 2021: jugoso, frutado y con buena estructura.

También se degustaron los Pet Nat: el de criolla, con mucha fruta roja y buen volumen, y el Blanc de Noir de petit verdot 2022, ambos elaborados sin sulfitos.

Breva y la filosofía Alpamanta

Andrej contó que Breva no es solo una línea de vinos, es el reflejo del compromiso de Alpamanta con la biodinámica, lo natural y lo auténtico. Los vinos se elaboran con uvas propias, fermentación espontánea y sin agregados. Y así, cada año, cada parcela y cada ánfora cuentan una historia distinta.

“La primera añada, la 2015, ni siquiera fue reconocida por el INV como vino. Para 2016 pudimos exportarla a cuatro países con certificación notarial, pero seguía sin poder venderse en Argentina”, contó Andrej. Con paciencia y perseverancia, Breva se convirtió en una línea consolidada, con un enfoque experimental y microvinificaciones que varían año a año. “Estoy convencido de que, bien conservados, serán vinos muy especiales”, dijo sobre sus favoritos: 2024, 2015, 2017 y 2016.

Hoy, Breva representa una rareza dentro del mercado local: vinos naturales, turbios, sin filtrar, hechos con conciencia y sensibilidad. Y con una historia que recién comienza.

Bonus Track: el Grüner Veltliner y los Pet Nat

En la celebración también hubo lugar para otras joyas del portfolio. El Breva Grüner Veltliner 2022 mostró notas de maracuyá, mentol, damasco y cáscara de cítricos, con volumen y una textura vibrante. “En 2025 lanzaremos una nueva edición limitada de 600 botellas”, adelantó Razumovsky.

Y por supuesto, no faltaron los Pet Nat, con la Criolla y el Blanc de Noir como emblemas de una línea que se anima a romper moldes, sin perder el alma.

Con diez años a cuestas, Breva celebra su camino con una copa en alto y el mismo espíritu que lo vio nacer: el de hacer vinos como nadie los había hecho antes.

Gracias a Andrej por el tiempo y las historias compartidas y gracias a Ana por la invitación. Salú!

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