En el último posteo les conté que la primera visita del reciente viaje a Mendoza tuvo lugar en Lamadrid Estate Wines. Y si bien la bodega tiene una historia fascinante de resiliencia y legado, el corazón gastronómico que nos recibió fue Los Bocheros Restó.
Los Bocheros Restó es un lugar que es mucho más que un restaurante. Es la esencia de la cultura de la zona plasmada en el entorno y los platos.
Para empezar hay que decir que el nombre de Los Bocheros Restó es un homenaje a la historia social de Las Compuertas.
El restaurante se ubica en la antigua casona de la familia Videla, un espacio que, con el tiempo, se convirtió en punto de reunión para amigos y compadres que, después de trabajar en la finca, se juntaban a compartir. Detrás de esta casona, el suelo arcilloso dio lugar a una cancha de bochas, el centro neurálgico donde “los bocheros” pasaban horas entre risas, juegos y vino, claro.
Hoy, estos espacios son de alguna manera rescatados por la propuesta de Lamadrid Estate Wines con la misión de ser nuevamente lugares de encuentro y disfrute, recuperando esos valores históricos y el fuerte compromiso con la cultura más arraigada de la región.
En cuanto a la cocina, la misma está a cargo del experimentado Chef Lucas Olcese, y la propuesta gastronómica podría definirse como “cocina de producto”. Esto significa que el foco está puesto en la calidad de las materias primas y su origen.
Los Bocheros Restó es una invitación a disfrutar de una cocina simple pero atrevida acomapañada de un paisaje relajado. El menú ofrece opciones de 2, 4 o 7 pasos , acompañados por una selección de vinos del portfolio de Lamadrid Estate Wines, con la posibilidad de realizar un upgrade para un maridaje superior.
Y claro, probé algunas de sus propuestas.
Como no podía ser de otra manera arrancamos por la empanada, o como se le dice allí a la versión frita, por un pastelito de carne. Acomapañada de un poco de yasgua, que tenía el picor justo, estaba seca la fritura y jugoso el relleno, una delicia.
Luego fue el momento de un plato que consistía en jabalí ahumado, queso de cabra y nueces, si bien la combinación de sabores no estaba mal ni mucho menos, a mi gusto quedó algo opacado el sabor ahumado que creo era el ingrediente principal de la propuesta.
El principal fue una costilla de cocción a baja temperaura que venía acompañada (me faltó la foto) de tubérculos en una salsa de curry. De más está decir que no me hizo falta el cuchillo.
El cierre fue light con un clásico panqueque de dulce de leche acompañado de helado y frutos rojos.
Vale decir que toda esta propuesta no ha pasado desapercibida, recibiendo el prestigioso premio “Best Of” y una mención en la Guía Michelin.
En Los Bocheros Restó se fomenta una economía sustentable al utilizar hortalizas y frutas de su propia huerta o de productores locales.
El otro pilar fundamental del menú son los fuegos: el chef alterna entre parrilla, horno de barro, discos y estacas para dar vida a platos que fusionan lo mejor de la gastronomía regional con la influencia de los inmigrantes en la cocina provincial.
Y para cerrar con broche de oro esta inmersión cultural, la cancha de bochas del restaurante fue recientemente inaugurada y está disponible para que los comensales se entretengan.
Los horarios de apertura son de lunes a lunes, mediodía ya que por el momento sólo brindan servicio de almuerzo.
Pasar por Los Bocheros Restó es la oportunidad perfecta para rescatar ese espíritu de disfrute sin prisas, tardes de amigos y momentos relajados. Salú!
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