Hay vinos que se toman y se olvidan, y hay otros que te detienen en seco y te obligan a preguntar: “¿Qué es esto?”. Eso fue exactamente lo que me pasó al probar UBE Miraflores.

Me fascinó al instante, no solo porque lo estaba compartiendo con Vino Con Junior sino porque lo que había en la copa me abrió la puerta a un mundo que hasta ese momento desconocía (aun me pasa) por completo.

Y esa botella fue el disparador para adentrarme en el mundo de Cota 45 y en la mente de su creador, Ramiro Ibáñez, uno de los personajes más inquietos del vino español actual.

Ramiro Ibáñez
Ramiro Ibáñez

Para entender este vino, hay que viajar (al menos mentalmente) a Sanlúcar de Barrameda, en el Marco de Jerez. Ahí, en un antiguo taller de barcos en la playa de Bajo de Guía, Ramiro instaló su bodega.

El nombre de su proyecto, Cota 45, no es casualidad. Es una declaración de principios: hace referencia a la altitud sobre el nivel del mar donde se encuentran las mejores albarizas, esos suelos blancos y calcáreos de donde surgen los grandes vinos de la zona.

Albariza
Albariza

Ramiro es sanluqueño de nacimiento. Después de formarse y trabajar en Australia y Burdeos, volvió a su tierra en 2012 con una misión clara: recuperar la historia.

Su objetivo es volver a elaborar la manzanilla como se hacía antiguamente: sin encabezar (es decir, sin agregar alcohol) y con crianzas más cortas. La idea es que la crianza biológica no tape la uva, sino que acompañe lo justo y necesario para potenciar el carácter del terroir.

En ese sentido, lo que hace Ramiro es casi arqueología enológica, su obsesión son los suelos.

Y es que Ramiro es un estudioso de la albariza, ese suelo blanco típico de Jerez compuesto por arcilla, caliza y microfósiles de diatomeas (algas acuáticas unicelulares), que se caracteriza por una gran retención de agua.

En su proyecto enfatiza que no todas las albarizas son iguales; cada viñedo varía y proporciona características distintas. Por eso, su portafolio se divide en líneas bien diferenciadas: la crianza biológica con UBE, la oxidativa con Agostado y los vinos dulces con Pandorga.

La albariza no es solo tierra blanca; es una mezcla compleja de arcilla, caliza y microfósiles de diatomeas y foraminíferos. Según el pago, esa composición cambia y le da al vino una personalidad distinta”, cuenta.

Junto a Willy Pérez (con quien está recuperando la marca De la Riva y escribiendo el libro ‘Albariza. Un nuevo renacimiento’), son los responsables del resurgir de los vinos de Jerez.

Ramiro Ibáñez UBE Miraflores 2023
Ramiro Ibáñez UBE Miraflores 2023

Después de toda esta intro es momento de volver al protagonista de la nota: UBE Miraflores. Este blanco es en parte la materialización de esa filosofía. Está elaborado con uva Palomino Fino proveniente de diferentes parcelas del Pago de Miraflores (tanto de la parte Alta como de la Baja), combinando diversos tipos de albariza.

Fermenta en botas de Jerez (viejas, para que la madera no invada) y tiene una crianza de apenas 8 meses. Los últimos 2 meses los pasa bajo velo de flor.

Es un vino que se siente vivo, vibrante y con una impronta que no pasa desapercibida.

Probar un vino de Ramiro Ibáñez es entender que Jerez es mucho más que sus sistemas de criaderas y soleras, gracias Gonza por compartirlo. Salú!

¿Te gustó lo que leíste? ¡Invitame un cafecito!

Invitame un café en cafecito.app
Deja un comentario

Comentarios

No hay comentarios aún. ¿Por qué no comienzas el debate?

    No me dejes hablando solo, comentá!