Si bien ya había visitado la bodega de Matías Riccitelli hace unos cuantos años atrás, recién ahora hay nota en este espacio y es a propósito de la segunda visita que hice durante el último viaje a Mendoza.

Ubicada en Las Compuertas, ahí me recibió la hermana de Matías: Verónica.

Verónica Riccitelli
Verónica Riccitelli

Si hay una palabra que define el presente de Matías Riccitelli, es diversidad. Lo que comenzó como un proyecto personal disruptivo se transformó en un verdadero ecosistema vitivinícola que hoy maneja una cifra impactante: 48 vinos diferentes y una producción anual de 500.000 botellas.

Ante tal magnitud, la bodega se encuentra en un proceso de reordenamiento de su portafolio bajo el paraguas de Riccitelli Wine Company, una estructura que busca dar claridad a las distintas líneas y orígenes que Matías Riccitelli explora, desde los viñedos centenarios de Mendoza hasta la estepa patagónica.

Así como lo hice en la bodega, a través de los vinos, intentaré hacer un repaso por el nuevo mapa del laburo de Matías Riccitelli, región por región.

Parte de la bodega de Matías Riccitelli
Parte de la bodega de Matías Riccitelli

Como mencionaba más arriba, Las Compuertas sigue siendo el hogar espiritual y físico del proyecto.

Allí, la bodega gestiona 20 hectáreas en total (entre propias y alquiladas a largo plazo), divididas en 5 fincas con un patrimonio genético invaluable: viñas que datan de 1905 a 1930.

Y ahí es donde nacen los vinos de “Riccitelli Viejos Viñedos en Pie Franco”. La curiosidad de la zona es una finca a 500 metros donde se encuentra algo de sangiovese, una rareza absoluta para Las Compuertas.

Verónica nos contó que la bodega actual, que funciona desde hace cuatro años, quedará destinada exclusivamente a la vinificación de blancos, el uso de ánforas (para la línea Kung Fu) y tintos de parcela. Sin embargo, se viene una mudanza importante: para agosto de 2026 planean trasladar el grueso de la operación a una nueva ubicación sobre la ruta.

Riccitelli Viejos Viñedos en Pie Franco
Riccitelli Viejos Viñedos en Pie Franco

Si Las Compuertas es la historia, Gualtallary es la proyección. En la zona de Monasterio (dentro de Tupungato Winelands), Matías Riccitelli está desarrollando un proyecto ambicioso de 40 hectáreas.

La particularidad aquí es el sistema de conducción: viñedos plantados sobre terrazas en sistema gobelet (vaso), a 1.350 msnm. La diversidad varietal es la clave, apostando por semillón, garnacha, trousseau, roussanne, malbec y cabernet franc.

Hoy, lo único en producción es la garnacha, pero se espera que en 2026 se sumen nuevas variedades.

El plan maestro incluye la construcción de una bodega propia en esta finca, que se estima estará lista para 2028.

Los vinos de Gualtallary
Los vinos de Gualtallary

Bajo la etiqueta de “Viñas Extremas”, Matías explora los límites de la altura y el clima en tres zonas diferenciadas:

Por un lado La Carrera, un terroir enfocado en blancos y tintas de ciclo corto. Aquí brilla el sauvignon blanc (TOP 3 de Argentina a mi gusto), acompañado de nuevas plantaciones de pinot noir, riesling y chardonnay.

Luego San Pablo, con viñedos a 1.450 msnm, y por último Los Chacayes, con una finca a 1.500 msnm con un microclima muy frío, de donde proviene el malbec de esta línea.

A este mapa de montaña se suma también El Peral, donde trabajan con una viña vieja de pie franco.

Viñas Extremas
Viñas Extremas

La conexión de Matías Riccitelli con la Patagonia viene de lejos, de sus épocas en Fabre Montmayou, y hoy se consolida con un proyecto propio que representa 60.000 botellas anuales.

Matías suele viajar una vez al mes para supervisar las 20 hectáreas adquiridas hace cuatro años a la bodega Canale, en la zona de Isla Grande. Incluso durante la visita estaba allí.

El trabajo ahí es de rescate y precisión: están recuperando plantas originales en pie franco y trabajando con un abanico de cepas que incluye malbec, merlot, trousseau, semillón, torrontés, chenin blanc y ugni blanc.

Además, mantienen viñedos en Allen y Beltrán.

Old Vines From Patagonia
Old Vines From Patagonia

Pero la diversidad no termina en la copa. El restaurante de la bodega, a cargo del chef Juan Ventureyra, ofrece una propuesta de 45 cubiertos con una filosofía clara: producto local y huerta propia.

El menú es un 80% vegetariano, sustentado por una producción de 360 vegetales diferentes al año, incluyendo 93 variedades de tomates. Cuando aparece la carne, se opta por cortes no tradicionales (como carrillera o asado ruso) y pato de un productor local.

La propuesta se divide en dos experiencias:

  • Menú Mendoza: Basado íntegramente en la huerta y el producto local.
  • Menú Argentina: Un recorrido federal que incorpora el proyecto de Patagonia, sumando productos de otras regiones como trufas de Espartillar o calamar del Mar Argentino.

Luego de la visita me quedó claro que Matías Riccitelli y su Riccitelli Wine Company se plantan no solo como una bodega, sino como un proyecto integral de exploración de terruños, rescate patrimonial y alta gastronomía.

Gracias Matías por la gestión y Verónica por la recepción. Salú!

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